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Escrito en Plantas Curativas
Las semillas contienen gran cantidad de mucilago y pectina, además de sales minerales y lípidos. Actúa en los estreñimientos crónicos, pues lubrica el conducto digestivo, haciendo que las heces sean más blandas. Además, regenera la flora intestinal, regulando los procesos de putrefacción y fermentación. Su efecto resulta muy evidente, pues en caso de descomposición intestinal, las heces pierden su olor pútrido.
Gastritis, duodenitis y ulcera gastroduodenal: presenta una acción antiinflamatoria que favorece la regeneración de la mucosa digestiva dañada. Inflamaciones de las vías respiratorias y de las urinarias: bronquitis y cistitis, especialmente; por su efecto suavizante sobre las mucosas.
Las semillas de lino (linaza) pueden usarse también como alimento. Son especialmente recomendada para los diabéticos, por su escaso porcentaje de glúcidos, y su elevado contenido en proteínas y lípidos (grasas). Deben consumirlas quienes padezcan desnutrición o quieran engordar.
Las cataplasmas de harina de linaza se aplican siempre que se requiera calor constante: catarros y bronquitis, dolor menstrual, dolores cólicos del abdomen (renales o biliares), espasmos intestinales, picaduras de insectos, abscesos y furúnculos. El aceite de linaza se utiliza como suavizante de la piel en caso de eccemas, piel seca, quemaduras leves y dermatosis en general.
DECOCCIÓN
30 gramos de semillas por litro de agua, 2 o 3 tazas diarias, endulzadas con miel si se desea.
SEMILLAS
Se ingieren enteras, sin masticar, con abundante agua. La dosis varía de 2 a 3 cucharadas grandes, en función del efecto que se quiere lograr.
ACEITE
Se puede aplicar tópicamente. Existe un linimento preparado con la mezcla a partes iguales de aceite de lino y agua de cal; la emulsión que se obtiene resulta muy útil para las quemaduras.
Las semillas contienen gran cantidad de mucilago y pectina, además de sales minerales y lípidos. Actúa en los estreñimientos crónicos, pues lubrica el conducto digestivo, haciendo que las heces sean más blandas. Además, regenera la flora intestinal, regulando los procesos de putrefacción y fermentación. Su efecto resulta muy evidente, pues en caso de descomposición intestinal, las heces pierden su olor pútrido.
Gastritis, duodenitis y ulcera gastroduodenal: presenta una acción antiinflamatoria que favorece la regeneración de la mucosa digestiva dañada. Inflamaciones de las vías respiratorias y de las urinarias: bronquitis y cistitis, especialmente; por su efecto suavizante sobre las mucosas.
Las semillas de lino (linaza) pueden usarse también como alimento. Son especialmente recomendada para los diabéticos, por su escaso porcentaje de glúcidos, y su elevado contenido en proteínas y lípidos (grasas). Deben consumirlas quienes padezcan desnutrición o quieran engordar.
Las cataplasmas de harina de linaza se aplican siempre que se requiera calor constante: catarros y bronquitis, dolor menstrual, dolores cólicos del abdomen (renales o biliares), espasmos intestinales, picaduras de insectos, abscesos y furúnculos. El aceite de linaza se utiliza como suavizante de la piel en caso de eccemas, piel seca, quemaduras leves y dermatosis en general.
DECOCCIÓN
30 gramos de semillas por litro de agua, 2 o 3 tazas diarias, endulzadas con miel si se desea.
SEMILLAS
Se ingieren enteras, sin masticar, con abundante agua. La dosis varía de 2 a 3 cucharadas grandes, en función del efecto que se quiere lograr.
ACEITE
Se puede aplicar tópicamente. Existe un linimento preparado con la mezcla a partes iguales de aceite de lino y agua de cal; la emulsión que se obtiene resulta muy útil para las quemaduras.
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