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La verónica es un planta curativa muy vivaz que desarrolla un tallo rastrero que le da vida año tras año. Las hojas aparecen en parejas, enfrentadas entre sí; tienen forma ovalada y el perímetro dentado.
De los nudos de estas hojas parten raíces que penetran por el suelo y que son las que confieren a toda la planta un aspecto rastrero. Las flores de dimensiones pequeñas y coloración azulada, se disponen en racimos.
El fruto es una capsula de pequeñas dimensiones, con forma de triangulo invertido; se encuentra recubierto por un ligero vello.
PROPIEDADES
Inapetencia. Digestión difícil, cicatrizante. La planta contiene principios amargos que actúan como aperitivos facilitando las digestiones difíciles y disminuyendo la formación de gases tras las malas digestiones. También contienen tanino, que es astringente, y que aplicado sobre heridas y aftas bucales favorece su curación en un corto periodo de tiempo incluso en aquellas que aparecen complicadas con ulceras cutáneas.
Asimismo contiene saponinas, con una acción balsámica que se aprovecha en procesos asmáticos y bronquíticos. Se emplea de forma habitual en casos de inapetencia, ya que actúa como estimulante del apetito y también aunque en menor medida como depurativo.
INFUSIÓN
5 Gramos de la planta entera desecada se añaden a 250 ml. De agua hervida, dejándolo en contacto durante 12 minutos.
De este preparado se puede administrar hasta 3 tazas al día, lo que consigue un leve efecto estimulante del apetito, mejorando en parte las digestiones pesadas y resolviendo algunos casos leves de asma y bronquitis. También se emplea la planta fresca de la que se extrae el jugo, del que se toma 10 gramos hasta 3 veces al día; los efectos que se consiguen son similares a los anteriores.
DECOCCIÓN USO EXTERNO
Se añaden 40 gramos de la planta entera desecada a 1 litro de agua, manteniendo la ebullición durante 10 minutos. Con el líquido obtenido se empapan compresas que se aplican directamente sobre llagas, heridas o ulceras.
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