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Escrito en Plantas Curativas
La mandarina es el fruto del mandarino. Pertenece al grupo llamados hesperidios. No es muy alto, pues nunca sobrepasa los 3 metros. Las hojas se presentan en una única pieza foliar persistente. Los pétalos son lanceolados, de forma alargada, esto es, el ancho es varias veces inferior a la longitud del pétalo, recorrido por filamentos lineales de márgenes paralelos.
La floración se produce en primavera, dando lugar a unas flores muy aromáticas que se agrupan en fascículos, es decir, formando unos pequeños manojillos. Su coloración es blanca y en el interior encontramos estambres que apenas están soldados. El fruto ofrece una característica coloración anaranjada, es de piel brillante, fácilmente separable de la pulpa que suele estar constituida por unos 10 gajos de aproximadamente 5 cm. De agradable y refrescante sabor dulce.
El pericarpio más comúnmente conocido como la cascara de mandarina es muy rico en esencias, al igual que las flores, lo que le confiere acción ligeramente sedante. Las hojas contienen un principio amargo que se emplea como tónico y aperitivo, a la vez que cierta acción eupéptica. Su pulpa está formada por un considerable número de gajos llenos de jugos; lo cual contiene mucha vitamina C, flavonoídes y aceites esenciales. El consumo abusivo de sus frutos puede producir efecto laxante.
INFUSIÓN
En primer lugar hay que tomar la precaución de eliminar residuos tóxicos depositados en las hojas, provocados por la acción de pesticidas que son necesarios para el buen desarrollo del árbol; se escogen:
10 gramos de hojas desecadas, se añaden a un litro de agua previamente hervida. Dejándolas en contacto durante 10 minutos; una vez filtrado, del liquido se pueden tomar hasta tres tazas al día, empleándolas como ligero sedante.
La mandarina es el fruto del mandarino. Pertenece al grupo llamados hesperidios. No es muy alto, pues nunca sobrepasa los 3 metros. Las hojas se presentan en una única pieza foliar persistente. Los pétalos son lanceolados, de forma alargada, esto es, el ancho es varias veces inferior a la longitud del pétalo, recorrido por filamentos lineales de márgenes paralelos.
La floración se produce en primavera, dando lugar a unas flores muy aromáticas que se agrupan en fascículos, es decir, formando unos pequeños manojillos. Su coloración es blanca y en el interior encontramos estambres que apenas están soldados. El fruto ofrece una característica coloración anaranjada, es de piel brillante, fácilmente separable de la pulpa que suele estar constituida por unos 10 gajos de aproximadamente 5 cm. De agradable y refrescante sabor dulce.
El pericarpio más comúnmente conocido como la cascara de mandarina es muy rico en esencias, al igual que las flores, lo que le confiere acción ligeramente sedante. Las hojas contienen un principio amargo que se emplea como tónico y aperitivo, a la vez que cierta acción eupéptica. Su pulpa está formada por un considerable número de gajos llenos de jugos; lo cual contiene mucha vitamina C, flavonoídes y aceites esenciales. El consumo abusivo de sus frutos puede producir efecto laxante.
INFUSIÓN
En primer lugar hay que tomar la precaución de eliminar residuos tóxicos depositados en las hojas, provocados por la acción de pesticidas que son necesarios para el buen desarrollo del árbol; se escogen:
10 gramos de hojas desecadas, se añaden a un litro de agua previamente hervida. Dejándolas en contacto durante 10 minutos; una vez filtrado, del liquido se pueden tomar hasta tres tazas al día, empleándolas como ligero sedante.
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