Toda persona necesita alimento para crecer y vivir. Para ello, debe obtener las energías necesarias que ayuden a fortalecer su actividad muscular y los procesos básicos de su cuerpo como: respiración, latidos del corazón, fortalecimiento de los huesos, etc. El secreto de una buena nutrición radica en una dieta equilibrada que no requiera ni más ni menos energía que la necesaria.
Una dieta equilibrada, combinada con ejercicios físicos adecuados, permite mantener una buena salud. Cuando se produce un desequilibrio en la ingesta de alimentos aparece la enfermedad. Otro factor que atenta contra la salud es la vida sedentaria; no solamente durante el trabajo, sino también en los momentos de ocio.
En este caso, se puede aplicar que: “a mayor comodidad, mayor riesgo de enfermarse”. Un ejemplo típico es la televisión: el número de horas que una persona pasa frente al televisor (sea niño o adulto) aumenta con el desarrollo de la sociedad de consumo. Esta vida sedentaria es uno de los factores directos de la obesidad. Paradójicamente vivimos tiempos de gran desarrollo tecnológico; pero la salud está cada vez más amenazada.
La Alimentación Completa
Es aquella que contiene entre un 50 y 60 por ciento de carbohidratos o hidratos de carbono, que son los ingredientes que proporcionan la energía, un 30 a 35 por ciento de grasas y un 10 a 20 por ciento de proteínas. Además de ingerir diariamente en la dieta alimenticia proteínas, carbohidratos y grasas; deben incluirse también los denominados alimentos funcionales.
Los alimentos funcionales son productos que contienen sustancias activas, que ayudan a preservar la salud. Por ejemplo, las bacterias del yogurt, la aliína del ajo o el betaglycan del cereal.
A estas sustancias se les atribuyen propiedades curativas contra enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer, y en la reducción de los niveles de colesterol.
Una alimentación completa debe ser variada, equilibrada y moderada; con abundante fibra, fruta y verduras; un mayor consumo de pescado en vez de carnes rojas, y dejando de lado la comida chatarra y las bebidas gaseosas.
La función de los alimentos
El cuerpo humano está formado por millones de células, las cuales necesitan energía para poder viviré y multiplicarse. La función de los alimentos consiste en proporcionar precisamente esa energía requerida.
Aunque las células tengan un tamaño pequeñísimo (es decir microscópico), cada una de ellas es una compleja fábrica, que para funcionar adecuadamente necesita unas sustancias especiales que se encuentran en los alimentos.
Continuará…
Una dieta equilibrada, combinada con ejercicios físicos adecuados, permite mantener una buena salud. Cuando se produce un desequilibrio en la ingesta de alimentos aparece la enfermedad. Otro factor que atenta contra la salud es la vida sedentaria; no solamente durante el trabajo, sino también en los momentos de ocio.
En este caso, se puede aplicar que: “a mayor comodidad, mayor riesgo de enfermarse”. Un ejemplo típico es la televisión: el número de horas que una persona pasa frente al televisor (sea niño o adulto) aumenta con el desarrollo de la sociedad de consumo. Esta vida sedentaria es uno de los factores directos de la obesidad. Paradójicamente vivimos tiempos de gran desarrollo tecnológico; pero la salud está cada vez más amenazada.
La Alimentación Completa
Es aquella que contiene entre un 50 y 60 por ciento de carbohidratos o hidratos de carbono, que son los ingredientes que proporcionan la energía, un 30 a 35 por ciento de grasas y un 10 a 20 por ciento de proteínas. Además de ingerir diariamente en la dieta alimenticia proteínas, carbohidratos y grasas; deben incluirse también los denominados alimentos funcionales.
Los alimentos funcionales son productos que contienen sustancias activas, que ayudan a preservar la salud. Por ejemplo, las bacterias del yogurt, la aliína del ajo o el betaglycan del cereal.
A estas sustancias se les atribuyen propiedades curativas contra enfermedades del corazón, algunos tipos de cáncer, y en la reducción de los niveles de colesterol.
Una alimentación completa debe ser variada, equilibrada y moderada; con abundante fibra, fruta y verduras; un mayor consumo de pescado en vez de carnes rojas, y dejando de lado la comida chatarra y las bebidas gaseosas.
La función de los alimentos
El cuerpo humano está formado por millones de células, las cuales necesitan energía para poder viviré y multiplicarse. La función de los alimentos consiste en proporcionar precisamente esa energía requerida.
Aunque las células tengan un tamaño pequeñísimo (es decir microscópico), cada una de ellas es una compleja fábrica, que para funcionar adecuadamente necesita unas sustancias especiales que se encuentran en los alimentos.
Continuará…
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