Escrito en Plantas Curativas
Siempre cuando una persona empieza una dieta debe tener en cuenta los siguientes pasos y siempre es bueno ser guiada por un nutricionista, quien determinará de a cuerdo a tus características personales (sexo, edad, estado fisiológico y por supuesto, del número de kilos que se deben perder, entre otros factores) lo más apropiado para cada caso. El asesoramiento dietético profesional es fundamental para asegurar una pérdida de peso sin riesgos para la salud de quien decide adelgazar.
Se debe comer tres veces al día, ni más ni menos, porque el estomago también necesita descansar. La última comida debe consumirse mínimo dos horas antes de ir a dormir.
Es preferible utilizar en la preparación de los alimentos las frutas y verduras que ofrece la estación del año, porque son más naturales y sobre todo económicas.
Las dietas naturales deben incluir vegetales crudos, porque así conservan su valor nutritivo íntegramente. Es recomendable que estos alimentos se laven bien con agua hervida y se sirve en ensaladas.
Para una buena digestión debe comer despacio y masticar bien, así evitara que ingrese aire y tenga problemas de flatulencia.
No debe beber agua entre comidas. Lo recomendable es tomarla antes o después, para no tener dificultades en la digestión.
No es bueno endulzar la leche con azúcar refinada, porque ello provoca fermentación. Si le gusta endulzar los alimentos es mejor hacerlo con miel de abeja.
Evite la sal lo más que pueda, especialmente en comidas crudas, porque es dañina para los riñones e hígado.
Mantenga bajo control la ingesta de grasas. Un porcentaje de grasa corporal saludable debe oscilar entre 20 y 25 por ciento para las mujeres, y de 12 a 20 por ciento para los hombres.
El estado de ánimo es importante a la hora de sentarse a comer, evite toda excitación o cólera para que la digestión pueda funcionar sin alteraciones.
Evite el sedentarismo para una buena digestión. Aquella persona que pasa mucho tiempo sentada, y tiene poco movimiento, sufrirá de mala digestión y enfermara. Sin movimiento no hay vigor ni salud.
Siempre cuando una persona empieza una dieta debe tener en cuenta los siguientes pasos y siempre es bueno ser guiada por un nutricionista, quien determinará de a cuerdo a tus características personales (sexo, edad, estado fisiológico y por supuesto, del número de kilos que se deben perder, entre otros factores) lo más apropiado para cada caso. El asesoramiento dietético profesional es fundamental para asegurar una pérdida de peso sin riesgos para la salud de quien decide adelgazar.
Se debe comer tres veces al día, ni más ni menos, porque el estomago también necesita descansar. La última comida debe consumirse mínimo dos horas antes de ir a dormir.
Es preferible utilizar en la preparación de los alimentos las frutas y verduras que ofrece la estación del año, porque son más naturales y sobre todo económicas.
Las dietas naturales deben incluir vegetales crudos, porque así conservan su valor nutritivo íntegramente. Es recomendable que estos alimentos se laven bien con agua hervida y se sirve en ensaladas.
Para una buena digestión debe comer despacio y masticar bien, así evitara que ingrese aire y tenga problemas de flatulencia.
No debe beber agua entre comidas. Lo recomendable es tomarla antes o después, para no tener dificultades en la digestión.
No es bueno endulzar la leche con azúcar refinada, porque ello provoca fermentación. Si le gusta endulzar los alimentos es mejor hacerlo con miel de abeja.
Evite la sal lo más que pueda, especialmente en comidas crudas, porque es dañina para los riñones e hígado.
Mantenga bajo control la ingesta de grasas. Un porcentaje de grasa corporal saludable debe oscilar entre 20 y 25 por ciento para las mujeres, y de 12 a 20 por ciento para los hombres.
El estado de ánimo es importante a la hora de sentarse a comer, evite toda excitación o cólera para que la digestión pueda funcionar sin alteraciones.
Evite el sedentarismo para una buena digestión. Aquella persona que pasa mucho tiempo sentada, y tiene poco movimiento, sufrirá de mala digestión y enfermara. Sin movimiento no hay vigor ni salud.
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